Donde el destino de manera natural y a través del amor compartido por la cocina y el buen comer ha conseguido que un astuto zorro y una encantadora gitana celebren en complicidad noche a noche esto que nosotros sus amigos más cercanos llamamos con gusto “el placer de la buena vida”.
Un explorador libre, independiente y atrevido que convierte sus vivencias en relatos gastronómicos.
Es magia, una magia que ve el futuro e ilumina la vida. Imagina sabores que exaltan su origen y despiertan emociones.